Hasta el mismísimo Estigio ha llegado la tinta derramada de tanto escribir acerca de este tema. Ciertamente, es un asunto estudiado y, hasta cierto punto, documentado. No obstante, y justamente por tratarse de un símbolo aceptado unánimemente por la comunidad rock, han sido varios los personajes que han querido apropiarse de su invención. El presente documento no pretende más que reivindicar el mérito de quien lo tiene, aportando además algunas ideas e hipótesis que, más allá de la mera especulación, deben hacer reflexionar al lector acerca de la validez de las mismas. No pretende tratarse aquí el origen de la mano cornuda como símbolo místico o esotérico, del que se conoce su existencia desde hace milenios. Aunque sí es interesante destacar que, tradicionalmente es considerado un símbolo de protección. Así, la llamada Mano Cornuta o Maloik es un gesto de manos del folclore mediterráneo que se usaba para curar el mal de ojo y espantar a los espíritus. Su uso más antiguo nos remite a la cultura hindú, donde la mano cornuda era utilizada para la expulsión de los demonios y la eliminación de pensamientos negativos. Los sumerios llamaban a este gesto “Voor”, y lo usaban para invocar a sus dioses.
Mudra Karana
Por tanto, ¿en qué momento el gesto toma un significado diferente, contrario al que históricamente parecía tener? Es a partir de la fundación de la Iglesia de Satán, en 1966, que la mano cornuta se introduce en la cultura satanista. De esta forma, la irrupción de Anton Szandor Lavey en la vida pública de los años sesenta llevó al gran público parte de la imaginería asociada a la Iglesia de Satán. Este momento coincide históricamente con el surgimiento de la cultura pop, hasta ese momento desconocida, que unos pocos años más tarde daría origen al Heavy Metal. Por tanto, buscar asociaciones entre la mano cornuda y la cultura pop rock en fecha anterior a 1966 es del todo estéril, aunque el gesto haya aparecido previamente en otros campos artísticos como el cine. El ejemplo más significativo es la película “Un día con el Diablo”, que data del año 1945 y que protagoniza Mario Moreno “Cantinflas”.
Mario Moreno “Cantiflas” en la película “Un día con el Diablo”
El 13 de enero de 1969, The Beatles publican su álbum número once, titulado Yellow Submarine. Se trata de la banda sonora de la película de dibujos animados de igual título. La portada del disco la hizo a Heinz Edelmann, ilustrador alemán de nacionalidad checoslovaca, responsable también de la película, de tinte surrealista y psicodélico. La portada de Yellow Submarine muestra a John Lennon alzando su mano derecha mostrando la mano cornuta. El gesto, lejos de quedarse en algo casual, fue empleado posteriormente en algunas fotos promocionales del film e incluso, algunos personajes animados de la película aparecen haciendo el gesto. Llegados a este punto, cabe preguntarse por la intencionalidad del gesto. ¿Qué querían transmitir mostrando la mano cornuda? ¿Había un componente ocultista o esotérico en The Beatles?  Las respuestas a estas preguntas entran en el plano de la especulación, puesto que nunca se pronunciaron abiertamente acerca del tema. No obstante, hay indicios previos que hacen pensar acerca de una probable conexión de la banda de Liverpool con el ocultismo. Año y medio antes, el 1 de junio de 1967, el grupo publicaba el álbum titulado Sgt. Pepper’s Lonely Heart Club Band, famoso no solo por lo revolucionario que fue en términos musicales sino por la mítica portada, que contiene más de sesenta figuras que formarían parte de la banda del Sargento Pimienta. Entre ellas, arriba a la izquierda, aparece Alister Crowley. La influencia que Crowley tendría en bandas de rock and roll como Led Zeppelin es de sobra conocida, aunque en aquel año 1967, bandas como Black Sabbath, Black Widow o los propios Zeppelin aún no habían realizado su debut musical, lo que nos deja a The Beatles como banda pionera en esta relación. Tras Yellow Submarine publican el Álbum Blanco, que salió a la venta 22 de noviembre de 1968. Se trataba de un disco doble con un total de treinta canciones donde figuraba una, obra de McCartney, que pasaría a la historia por razones diferentes a las musicales: Helter Skelter. La canción, cuya letra se presta a múltiples interpretaciones, despertó los instintos homicidas de Charles Manson, que relacionó la canción con los cuatro jinetes del apocalipsis. Según McCartney, Helter Skelter trata de un viaje desde lo alto hasta el suelo, el auge y caída del Imperio Romano. Pero el caso es que el título de la canción había sido escrito con la sangre de las víctimas que La Familia Manson dejó tras de sí la noche del 9 al 10 de agosto de 1969.

Portada de Sgt. Pepper’s Lonely Heart Club Band, detalle de la figura de Crowley y foto policial de Manson

Jinx Dawson en la Sala Salamandra (Barcelona) el pasado 21 de julio de 2019
El año 1969 fue crucial para la introducción de la mano cornuta en la cultura musical efervescente de aquella época. El año había arrancado con la publicación de Yellow Submarine y, por aquel entonces, los coqueteos del rock and roll con el satanismo se hacían más que evidentes. Prueba de ello son grupos como Bulbous Creation, que hablaban abiertamente del demonio en canciones como “Satan”. No obstante, el oscurantismo que rodea a la banda de Kansas City hace difícil asignarle un papel concreto en relación a este tema. Sin embargo, de lo que no hay duda es de la influencia que tuvo otra banda de la América profunda de finales de los 60 que, desde Indianápolis, publicaba el primer disco ocultista de la historia del rock. Hablamos de la mítica banda Coven, liderada por Jinx Daxson —que todavía pasea el nombre del grupo por escenarios de todo el mundo—, y su álbum debut titulado Witchcraft Destroys Minds & Reaps Souls. El contenido lírico del disco es abiertamente satanista y el diseño artístico del LP muestra de forma evidente, no solo la mano cornuda, sino toda la parafernalia asociada a la magia ritual satánica de Lavey.

Portada, contraportada e interior del disco Witchcraft Destroys Minds & Reaps Souls de Coven (1969)

Además de un buen puñado de canciones maravillosas, el disco incluye en su cara B la primera (¿y única?) misa negra grabada para un álbum de rock and roll. Aunque la banda es considerada de culto y underground, ya que no tuvieron la fama de otras agrupaciones del mismo corte, pocas se arriesgaron tanto como ellos y prueba de esto es el precio que alcanza la edición original del vinilo en páginas web especializadas de venta de discos. El año 1970 ve el nacimiento de Black Sabbath, la publicación del álbum Sacrifice de Black Widow, el lanzamiento del Led Zeppelin III y el surgimiento de un sonido más heavy en un rock and roll que, para entonces, perdía absolutamente la inocencia. Salvo Black Widow, que en aquel momento se declaraban abiertamente satanistas, ninguna de las grandes bandas de rock and roll de la época se hacía heredera de la mano cornuda. Es ahora cuando debe reconocerse el papel jugado por Ronnie James Dio —cantante de Elf, Rainbow, Black Sabbath (sustituyendo a Ozzy Osbourne) y Dio— en la difusión del gesto. Teniendo en cuenta que el primer disco de Elf se publicó en 1972, parece evidente que no puede atribuírsele ser el pionero de la mano cornuta en el rock and roll. No obstante, el éxito de Dio como estrella musical es indiscutible, lo que le dio la oportunidad de difundir un gesto que tal vez perdía su connotación ocultista, volviendo a su significado original de ahuyentador de espíritus malignos y tal vez banalizándose por la cultura de masas. El propio Dio decía que había tomado la mano cornuda de su abuela, de nacionalidad italiana, para protegerse del mal fario. Recientemente, Gene Simmons, bajista de KISS, intentó patentar y atribuirse la mano cornuda, argumentando que la había utilizado por vez primera en 1974, pero ha desistido de su mercantilista intento. Más allá de gustos musicales y afinidades con los personajes que entran en juego en esta historia, la mano cornuda es un gesto que identifica a los seguidores del rock y el heavy metal generación tras generación. Seguramente, el significado que se le da hoy en día no tenga la profundidad de antaño, y se use con ligereza más como saludo informal que como símbolo hermético. En todo caso, la mano cornuda forma parte de la cultura musical de nuestro tiempo y así debe seguir siendo. Larga vida al rock and roll.