Somos practicantes de un movimiento inspirado por la encarnación de la rebeldía, el espíritu crítico, el amor propio, la carnalidad y la búsqueda de conocimiento y libertad personal. Satán nos empuja a convertirnos en nuestros propios dioses, y por coherencia, defendemos la autodeterminación, el autoempoderamiento y las libertades individuales. Si nos tomamos en serio esta visión crítica (no olvidemos que Satán significa “Adversario”), prestar atención a los intentos por parte de empresas y facciones políticas de utilizar reivindicaciones sociales con el único propósito de verse beneficiadas es, prácticamente, una obligación personal.

Se dice que el satanismo, además de caracterizarse por esa ya mencionada autodivinización, lo define el individualismo y el antinomismo, el cuestionamiento de toda norma o estándar social, político, religioso, cultural, etc., especialmente de aquellos que impidan al individuo saborear su existencia y desarrollar sus proyectos de vida en libertad. Por coherencia, queremos que las personas disfruten responsablemente del sexo sin importar el número, la orientación sexual o fetiches de las partes implicadas, ya que la libertad personal, y por tanto el consentimiento, debe ser el único impedimento en una relación entre adultos. Asimismo, apoyamos y apoyaremos que el individuo decida con quién formar una familia, sin que personas no implicadas tengan el más mínimo derecho a impedírselo, menos aún desde la moralina, el fanatismo y la sinrazón.

Por coherencia, defendemos que el individuo pueda manifestar y desarrollar su dimensión sexoafectiva sin sufrir violencia de ningún de ningún tipo. Si alguien esperaba lo contrario, no encontrará a este respecto ningún tipo de alegato pacifista: el satanismo no es lo que la mayoría de la población piensa, pero ni el buenismo ni la hipocresía son rasgos que definan, precisamente, esta religión, y por coherencia, abogamos por el derecho a la autodefensa de las personas que sufren estas injusticias. En definitiva, creemos en la autonomía corporal, por lo que considero que tampoco debería operarse a un bebé intersexual (la letra I, tan olvidada en comparación con las otras) por presentar unos caracteres sexuales distintos a los de la mayoría.

Son muchos los grupos y autores satanistas que, coherentemente, se han posicionado sobre estas cuestiones. Por ejemplo, ya hemos visto a varias organizaciones celebrar en su seno matrimonios entre parejas del mismo sexo, y probablemente tardemos muy poco en ver otros enlaces en este país frente a simbología satánica, sean del tipo que sean: es lo coherente con lo que creemos. Si hay algo en lo que no creamos, es en el pecado, en la culpa, en moralinas o en avergonzarnos por lo que somos.

Por todo ello, este 28 de junio nos sumamos al espíritu de Stonewall, y muchos miembros de Satanistas de España estaremos reivindicado activamente estas libertades. Por coherencia.